En la época tan cambiante y acelerada, de tanta competitividad, de avances tecnológicos, de caos, etc., es cada vez es más frecuente escuchar noticias de despidos masivos de grandes organizaciones transnacionales, pero el tema también está siendo aplicado a empresas nacionales o locales de cualquier tamaño y naturalmente el sector gubernamental no está exento, esta acción la han denominado Downsizing.
El origen de la necesidad de aplicar un Downsizing a una organización, pude tener diversos orígenes, desde una inadecuada dirección, hasta los impactos por el mundo cambiante y competitivo, sin importar cual se el motivo que la motiva, es un hecho de que dicha organización fue incrementando de peso de manera gradual y paulatina, con hábitos alimenticios inadecuados, falta de ejercicio, etc., situaciones que la han llevado hasta donde se encuentra hoy, con una “nómina muy gorda” u “obesa estructura organizacional” que es necesario adelgazar en un corto tiempo para poder sobrevivir, ya que se han detectado serios problemas en la salud de la organización (bajas ventas, altos costos y gastos, endeudamiento, etc.).
Es un hecho que ante la necesidad de recortar los presupuestos destinados al pago de sueldos, salarios, bonos y prestaciones, los directivos tienen la necesidad de disminuir dichos presupuestos de gastos y es evidente que la “obesa estructura organizacional” tiene que ser adelgazada, ¿pero que alternativa tomar?, en la mayoría de los casos, no se dispone de tiempo, se debe reaccionar ante el cambio, así que la decisión ya está tomada, adelgazar, ahora el dilema es ¿cuándo o qué tan rápido?.
El origen de la necesidad de aplicar un Downsizing a una organización, pude tener diversos orígenes, desde una inadecuada dirección, hasta los impactos por el mundo cambiante y competitivo, sin importar cual se el motivo que la motiva, es un hecho de que dicha organización fue incrementando de peso de manera gradual y paulatina, con hábitos alimenticios inadecuados, falta de ejercicio, etc., situaciones que la han llevado hasta donde se encuentra hoy, con una “nómina muy gorda” u “obesa estructura organizacional” que es necesario adelgazar en un corto tiempo para poder sobrevivir, ya que se han detectado serios problemas en la salud de la organización (bajas ventas, altos costos y gastos, endeudamiento, etc.).
Es un hecho que ante la necesidad de recortar los presupuestos destinados al pago de sueldos, salarios, bonos y prestaciones, los directivos tienen la necesidad de disminuir dichos presupuestos de gastos y es evidente que la “obesa estructura organizacional” tiene que ser adelgazada, ¿pero que alternativa tomar?, en la mayoría de los casos, no se dispone de tiempo, se debe reaccionar ante el cambio, así que la decisión ya está tomada, adelgazar, ahora el dilema es ¿cuándo o qué tan rápido?.
Origen de la obesidad
Es sabido que el origen de la obesidad no es un problema que se genere de un momento a otro, es decir, si pesamos 60 kgs., no amanecemos al día siguiente pesando 150 kgs., es decir, que vamos ganando peso día a día, de manera paulatina y gradualmente, por una dieta desbalanceada y la ingesta de alimentos en exceso y con horarios desordenados. Primero notamos que algunas prendas de vestir nos quedan un poco ajustadas, en ese momento recibimos un indicio del incremento de peso, pero lo pasamos por alto, luego compramos ropa una talla más grande, y la sensación de confort regresa, así sucesivamente vamos ganando peso, poco a poco, y continuamos haciendo caso omiso ante los indicadores, el rostro se llena y se muestran cachetes más llenos, pero nos engañamos diciéndonos a nosotros mismos que seguramente fue el corte de pelo, cuando alguien nota nuestro incremento de peso, nos gana la risa y justificamos con bromas, “es que a mi si me quieren en mi casa y me alimentan bien”, o “te da envidia, los gorditos (as) somos más alegres y sabrosos”, etc., el hecho es que si recibimos mensajes preventivos pero nos negamos a aceptarlo y hacemos caso omiso, hasta que es inevitable. Si, también hay casos de obesidad considerados una enfermedad, pero ese es otro tema.
Es sabido que el origen de la obesidad no es un problema que se genere de un momento a otro, es decir, si pesamos 60 kgs., no amanecemos al día siguiente pesando 150 kgs., es decir, que vamos ganando peso día a día, de manera paulatina y gradualmente, por una dieta desbalanceada y la ingesta de alimentos en exceso y con horarios desordenados. Primero notamos que algunas prendas de vestir nos quedan un poco ajustadas, en ese momento recibimos un indicio del incremento de peso, pero lo pasamos por alto, luego compramos ropa una talla más grande, y la sensación de confort regresa, así sucesivamente vamos ganando peso, poco a poco, y continuamos haciendo caso omiso ante los indicadores, el rostro se llena y se muestran cachetes más llenos, pero nos engañamos diciéndonos a nosotros mismos que seguramente fue el corte de pelo, cuando alguien nota nuestro incremento de peso, nos gana la risa y justificamos con bromas, “es que a mi si me quieren en mi casa y me alimentan bien”, o “te da envidia, los gorditos (as) somos más alegres y sabrosos”, etc., el hecho es que si recibimos mensajes preventivos pero nos negamos a aceptarlo y hacemos caso omiso, hasta que es inevitable. Si, también hay casos de obesidad considerados una enfermedad, pero ese es otro tema.
En El Mundo Real
El tema de los recortes de la estructura organizacional o despidos, no es solo un tema de noticia de televisión, como suele pasar, con acontecimientos como el Tsunami, que a finales de 2004 devastó varios países asiáticos, para los que no vivimos la experiencia, es tan solo una noticia, muy alarmante y que naturalmente despierta comentarios de asombro y de tristeza, pero finalmente para muchos, no pasa de ser una noticia, ya que no afecta nuestras vidas y como muchos vivimos lejos de las costas, es un evento que muy seguramente no viviremos. La misma situación se repite con la guerra del golfo pérsico, contra Iraq, ataques terroristas en Estados Unidos (septiembre 11) o en España con la ETA, terremotos, inundaciones, enfermedades como el sida y el ébola, hambruna, etc., siempre el ser humano que no es afectado directamente o en algún ser querido, considera dichas tragedias como una “noticia”, no quiero decir que somos insensibles, pero nunca nos detenemos a pensar que también a nosotros nos puede pasar alguna tragedia, siempre tenemos la falsa sensación de que somos inmunes, incluso el tema de la muerte lo vemos como un evento que no pasará, lo tratamos como un tabú, no queremos pensar en que algún día moriremos, nos negamos ante una realidad, más segura que como dice el dicho, lo único a lo que no puedes escapar es a pagar impuestos, bueno pues más seguro es que moriremos.
Muchos hemos vivido en carne propia o en algún familiar o amigo, el despido, así que el tema del Downsizing, ya no es una noticia, quizá lo siga siendo para algunos pocos afortunados, pero sin temor a equivocarme, para la gran mayoría no es solo una noticia, en lo personal he vivido ambas experiencias, la de despedir gente y la de ser despedido.
Ante un despido, las reacciones son muy variadas, hay empleados que se entristecen, lloran y suplican, hay quienes reclaman, quienes piden una explicación, quines lo agradecen, quienes lo ven como una oportunidad, quienes se alegra, otros agraden e insulta, pero en todos los casos la resistencia es en vano, sencillamente es un hecho y no una noticia.
En mi caso, cuando fui despedido, me enteré gracias a un buen amigo, que escuchó y me lo comentó por la confianza y amistad, era casi finales de año, así que resignado y comprendiendo que años antes yo tome decisiones de esta naturaleza, me preparé mentalmente, claro que mi ánimo bajo, pero comprendí que tenía que iniciar nuevamente con la búsqueda de un empleo. Esperé a que me dieran oficialmente la noticia, ya cerca de la navidad, no había noticia, así que le expresé a mi amigo, bueno, cuando menos esta navidad ya comió mi familia, finalmente me notificaron a finales de enero del siguiente año.
Narré mi experiencia de despido, porque las personas que tienen la responsabilidad de elegir al personal que será despedido, hacen del tema algo tan secreto que todo mundo se entera en “notipasillos”, generando una incertidumbre y una psicosis tal, que provoca que la productividad de la organización se ve mermada agudizando aún más la situación, todos lo notan, pero no se toman la molestia de notificar, de explicar, sencillamente proceden. Esta anécdota, seguramente será muy similar en otras empresas, donde los indicadores de la pérdida de salud no son tomados en cuenta, las estructuras organizacionales se ven incrementadas gradualmente y en muchos de los casos conservan a personas que no aportan valor a la organización, los procedimientos y políticas son generadas como tortillas calientes, siempre argumentando el dichoso “control interno”, que de interno tiene todo y nada de control, son solo registros que no contribuyen al negocio, pero eso supuestamente justifica la posición de algunas personas, incluso pregonan con orgullo que ellos establecieron “x” control, naturalmente al cabo de un tiempo, genera la necesidad de contratar a una persona o dos para poder atender el “control”, se establecen reportes con nombres rimbombantes y usando anglicismos, claro hay que mostrar que somos bilingües, eso nos hace más importantes, reportes que nadie lee, que nadie utiliza, pero eso si, deben estar listos en tiempo y todo mundo a trabajar.Si la estructura organizacional se encuentra obesa, ¿por qué los directivos no hacen algo para controlarla en tiempo?, ¿por qué no toman en cuenta los primeros indicios?, ¿por qué tienen que esperar hasta que las condiciones son críticas?, ¿será que las áreas de confort y los feudos son mejores que mantener la salud de la organización?, se les olvida que la organización es la fuente de sus empleos, que si la organización está mal, ellos y muchas otras personas perderán el empleo.
El tema de los recortes de la estructura organizacional o despidos, no es solo un tema de noticia de televisión, como suele pasar, con acontecimientos como el Tsunami, que a finales de 2004 devastó varios países asiáticos, para los que no vivimos la experiencia, es tan solo una noticia, muy alarmante y que naturalmente despierta comentarios de asombro y de tristeza, pero finalmente para muchos, no pasa de ser una noticia, ya que no afecta nuestras vidas y como muchos vivimos lejos de las costas, es un evento que muy seguramente no viviremos. La misma situación se repite con la guerra del golfo pérsico, contra Iraq, ataques terroristas en Estados Unidos (septiembre 11) o en España con la ETA, terremotos, inundaciones, enfermedades como el sida y el ébola, hambruna, etc., siempre el ser humano que no es afectado directamente o en algún ser querido, considera dichas tragedias como una “noticia”, no quiero decir que somos insensibles, pero nunca nos detenemos a pensar que también a nosotros nos puede pasar alguna tragedia, siempre tenemos la falsa sensación de que somos inmunes, incluso el tema de la muerte lo vemos como un evento que no pasará, lo tratamos como un tabú, no queremos pensar en que algún día moriremos, nos negamos ante una realidad, más segura que como dice el dicho, lo único a lo que no puedes escapar es a pagar impuestos, bueno pues más seguro es que moriremos.
Muchos hemos vivido en carne propia o en algún familiar o amigo, el despido, así que el tema del Downsizing, ya no es una noticia, quizá lo siga siendo para algunos pocos afortunados, pero sin temor a equivocarme, para la gran mayoría no es solo una noticia, en lo personal he vivido ambas experiencias, la de despedir gente y la de ser despedido.
Ante un despido, las reacciones son muy variadas, hay empleados que se entristecen, lloran y suplican, hay quienes reclaman, quienes piden una explicación, quines lo agradecen, quienes lo ven como una oportunidad, quienes se alegra, otros agraden e insulta, pero en todos los casos la resistencia es en vano, sencillamente es un hecho y no una noticia.
En mi caso, cuando fui despedido, me enteré gracias a un buen amigo, que escuchó y me lo comentó por la confianza y amistad, era casi finales de año, así que resignado y comprendiendo que años antes yo tome decisiones de esta naturaleza, me preparé mentalmente, claro que mi ánimo bajo, pero comprendí que tenía que iniciar nuevamente con la búsqueda de un empleo. Esperé a que me dieran oficialmente la noticia, ya cerca de la navidad, no había noticia, así que le expresé a mi amigo, bueno, cuando menos esta navidad ya comió mi familia, finalmente me notificaron a finales de enero del siguiente año.
Narré mi experiencia de despido, porque las personas que tienen la responsabilidad de elegir al personal que será despedido, hacen del tema algo tan secreto que todo mundo se entera en “notipasillos”, generando una incertidumbre y una psicosis tal, que provoca que la productividad de la organización se ve mermada agudizando aún más la situación, todos lo notan, pero no se toman la molestia de notificar, de explicar, sencillamente proceden. Esta anécdota, seguramente será muy similar en otras empresas, donde los indicadores de la pérdida de salud no son tomados en cuenta, las estructuras organizacionales se ven incrementadas gradualmente y en muchos de los casos conservan a personas que no aportan valor a la organización, los procedimientos y políticas son generadas como tortillas calientes, siempre argumentando el dichoso “control interno”, que de interno tiene todo y nada de control, son solo registros que no contribuyen al negocio, pero eso supuestamente justifica la posición de algunas personas, incluso pregonan con orgullo que ellos establecieron “x” control, naturalmente al cabo de un tiempo, genera la necesidad de contratar a una persona o dos para poder atender el “control”, se establecen reportes con nombres rimbombantes y usando anglicismos, claro hay que mostrar que somos bilingües, eso nos hace más importantes, reportes que nadie lee, que nadie utiliza, pero eso si, deben estar listos en tiempo y todo mundo a trabajar.Si la estructura organizacional se encuentra obesa, ¿por qué los directivos no hacen algo para controlarla en tiempo?, ¿por qué no toman en cuenta los primeros indicios?, ¿por qué tienen que esperar hasta que las condiciones son críticas?, ¿será que las áreas de confort y los feudos son mejores que mantener la salud de la organización?, se les olvida que la organización es la fuente de sus empleos, que si la organización está mal, ellos y muchas otras personas perderán el empleo.
Hoy en dia este es un problema normal, que opina usted sobre estos casos....